Categoría: Psicología

Hay actores que llevan sus interpretaciones al extremo llegando incluso a poner en peligro su salud física y mental. Esto no es nuevo, el conocido ‘método’ que desarrolló el aclamado director teatral ruso Konstantin Stanislavski es conocido desde hace más de un siglo y su uso se ha extendido por todo el mundo siendo la base actoral de muchos de los intérpretes más famosos del panorama cinematográfico y teatral actual.
El mero hecho de usar ‘el método Stanislavski’ en sus trabajos ha servido para que muchos actores y actrices se hayan ganado el reconocimiento de la crítica y del público e incluso logren hacerse con premios tan codiciados dentro de este mundillo como puede ser el Globo de Oro o el Óscar. Sin embargo no es oro todo lo que reluce, pues trabajar de esta forma puede hacer que estos intérpretes padezcan serios problemas de salud e incluso lleguen a perder el juicio.

Disfrutar de una película es para muchos una simple forma de evadirse, de dejar volar la imaginación y olvidarse de los problemas y preocupaciones cotidianas. Y es que hay mucho cine que sirve para eso, desde luego. Cine comercial, literal, en el que todo es lo que parece y que no tiene demasiado trasfondo, porque tampoco hay que hacer pensar tanto a la gente. Pero también hay otro tipo de cine, el más intenso, el más preocupado por mostrar emociones, historias interesantes.

Y hay realizadores (como Stanley Kubrick, Edgar Wright o Wes Anderson) que han llevado ese otro cine a su cúspide gracias a películas que son consideras como obras maestras porque todo lo que exponen va dirigido a emocionar al espectador, para bien y para mal. Desde los diálogos y la acción, algo bastante evidente, hasta la música o el propio color de la ropa y el fondo de cada escena. Los buenos directores nunca dejan nada al azar, y desde luego, el color es muy importante en el cine. Por eso también lo utilizan para mandarnos mensajes.