Nunca en domingo: Melina Mercouri encarna a un mito de la prostitución
Las prostitutas siempre han tenido su hueco dentro del cine, a veces con más protagonismo, otras en pequeñas escenas donde no tenían diálogo y solo aparecían haciendo su trabajo. De la misma forma que lo hace la sociedad, el cine las ha apartado un poco del foco, salvo en honrosas excepciones. Cuando la prostituta ha sido la protagonista, el film suele conllevar grandes dosis de drama o de romanticismo, según se tercie. Ocurrió con Pretty Woman, seguramente la película más celebrada de este “género”, pero también con otras como Princesas, un film español que gira en torno a un grupo de prostitutas. Se las refleja como personas tristes, desesperadas, con una vida que apenas pueden soportar y rodeadas de drogas y miseria. Una visión que vuelve a incidir en ese estereotipo dañino que siempre se les atribuye a las prostitutas, y que no por repetido debe ser más real.
Resulta tremendamente curioso que hace sesenta años, un director americano exiliado a Europa dirigiese una de las películas más bienintencionadas y deliciosas sobre la prostitución. Se trata de Nunca en domingo, un precioso proyecto rodado en Grecia por Jules Dassin, en el que conoció a la actriz Melina Mercouri, que a la postre se convertiría en su esposa. El papel de Mercouri como prostituta alegre y casi ingenua le valió las alabanzas de la crítica y el público, e incluso algún que otro premio importante. La visión que Dassin entrega en este filme bebe directamente de Chaplin o de la mítica Qué Bello Es Vivir. Es una celebración de las cosas buenas de la vida, del positivismo y la alegría frente a un mundo lleno de desgracias. Una visión edulcorada y poco realista para muchos, pero que posee un encanto indudable para aquellos que quieran disfrutar del filme sin prejuicios. Colocar en el centro de la acción al personaje de una prostituta podría ser visto como una provocación, pero nada más lejos. Dassin refleja en Ilya, la protagonista, todo lo que considera bueno y positivo en el ser humano.