El cine bélico ha dejado grandísimas obras maestras para el séptimo arte casi desde su nacimiento. Al principio, y podríamos decir que por desgracia, las películas bélicas no eran más que una recopilación de las grabaciones reales que se realizaban en los campos de batalla. La primera mitad del siglo XX estuvo llena de conflictos armados, destacando las dos Guerras Mundiales que se llevaron a cabo especialmente en suelo europeo, aunque también en ataques puntuales en África y Japón. Fue justo después de aquellas dos guerras, y tras dejar pasar unos años en los que seguramente el ambiente no era el más propicio para las hazañas bélicas, cuando Estados Unidos se lanzó a rememorar esas batallas a través de películas en las que parecían querer reescribir parte de la historia real, algo muy común sobre todo cuando se trataban las guerras de Corea y Vietnam, de las que los americanos no salieron precisamente bien parados.
En los años 70 y 80 llegarían auténticos hitos del cine bélico como Apocalypsis Now, La Chaqueta Metálica o El Puente Sobre el Río Kwai, producciones que son ya historia del séptimo arte por méritos propios. Salvar al Soldado Ryan, del genio Steven Spielberg, volvió a recuperar ese cine bélico a gran escala, que siguió con películas como Pearl Harbour o Black Hawk Derribado. Y metiéndonos ya en los años más recientes, dos películas destacan por encima del resto. La última, 1917, dirigida prodigiosamente por Sam Mendes a través de varios planos secuencias, que nos mete de lleno en una de las escaramuzas de la Primera Guerra Mundial, y por supuesto, Dunkerque, de Christopher Nolan, estrenada un par de años antes pero convertida ya en todo un clásico por la soberbia proeza audiovisual en la que el director británico convirtió aquella operación real de la Segunda Guerra Mundial, para llevarla al cine de una manera cruda, intensa y espectacular.
La historia real tras ‘Dunkerke’
La película estaba basada en una de las operaciones más épicas y populares de la Segunda Guerra Mundial, la operación Dinamo, que se llevó a cabo a finales del mes de mayo de 1940 en la ciudad portuaria de Dunkerque, que da nombre a la película. Allí, cerca de 400.000 soldados ingleses, franceses y belgas habían quedado rodeados por el ejército Nazi, que había conseguido avanzar por las Ardenas sin apenas oposición gracias a sus blindados y a toda la fuerza de sus tanques. La situación era desesperada y parecía que solo un milagro podría salvar a aquellos soldados, pero el milagro ocurrió. Primero, por la confianza de los alemanes, que no atacaron directamente la ciudad. Y segundo, gracias a la operación llevada a cabo por el ejército inglés, con cientos de barcos, tanto militares como particulares, que recogieron a los soldados para salvarlos de esa situación tan peligrosa.
Producción de ‘Dunkerke’
Christopher Nolan se había convertido por derecho propio en uno de los directores más prestigiosos del mundo durante el nuevo milenio, gracias a películas como Origen, Memento o la imponente trilogía del Caballero Oscuro en la que había hecho renacer el mito de Batman, trayendo también un aire mucho más oscuro y personal al mundo de los superhéroes. El británico había estrenado la epopeya espacial Interestellar poco antes, y decidió que su siguiente película sería una aventura bélica. La producción comenzó en 2016, utilizando todos los medios al alcance de Nolan para recrear de la manera más fiel posible, y con el menor uso de efectos, toda aquella operación que supuso un antes y un después en la Segunda Guerra Mundial. Poco a poco se fue dando a conocer el reparto, rodándose durante 2016 la película en la propia zona de Dunquerke.
Aspectos cinematográficos
La película fue concebida por Nolan como una aventura a tres bandas, desde tierra, mar y aire. La intención del director era meternos directamente en el centro de la operación, acompañando a los pequeños barcos que llegaban desde la costa inglesa, pero también a los aviones encargados de protegerlos y atacar a la aviación nazi. Por supuesto, hay muchas imágenes en tierra, con los soldados tratando de sobrevivir a los ataques y huyendo en las embarcaciones. Con apenas diálogo, Nolan nos deja disfrutar de un imponente despliegue visual, con una fotografía natural y con unos efectos totalmente reales que hacen que la película gane muchos enteros. A nivel técnico, Dunkerke es sin duda una obra maestra, como así la consideran los críticos. Aunque es cierto que en cuento a la historia, la historia puede llegar a cojear un poco.
Recepción de la película
Dunkerke fue aplaudida unánimemente por la crítica especializada, considerándola como una de las mejores películas del 2017, año en el que se estrenó, y como todo un prodigio de la técnica al servicio del cine. La actuación, la cinematografía y la banda sonora también recibieron aplausos tanto por parte de la crítica como del público. Sin embargo, algunos también elevaron la voz ante la falta de una historia más concreta y real, de unos personajes con los que poder empatizar. El público en general dio su aprobación a la película, que logró superar los 500 millones de dólares de recaudación en todo el mundo, frente a un presupuesto de apenas 100 millones, resultando de ganancias importantes también para el propio Nolan, que se aseguró por contrato un tanto por ciento de la taquilla bruta.
Premios y nominaciones
La película fue nominada a ocho premios Oscars, pero solo obtuvo tres de ellos, en categorías técnicas como Mejor Montaje, Mejor Edición de Sonido y Mejor Sonido. Ni la nominación a Mejor Director ni a Mejor Película permitieron a Nolan llevarse el tan ansiado galardón. Tampoco pudo conseguirlo en los Globos de Oro, nominado a tres premios, y yéndose de vacío, lo que ya demostró que a pesar del éxito en la crítica, tal vez los del gremio no pensaban lo mismo de su película. Finalmente, el premio de consuelo fue el de llevarse el BAFTA a Mejor Sonido, el único premio de seis nominaciones en los premios británicos.